TITULO: Crematorio
AUTOR: Rafael Chirbes
(1949-2015)
EDICION: 50Anagrama
Leí en agosto de 2016 “Paris-Austerlitz” después de una
lectura fallida de “En la orilla”. Como ya comenté entonces, “En la orilla” me
hizo sentir tal desesperanza que no pude avanzar en la lectura y después de
varios intentos, abandoné. Ahora, llevada por la pasión que me llegó desde
“Paris-Austerlitz”, por esa manera tan cruda y visceral de hacerte llegar
emociones tan primarias y a la vez tan elaboradas acometí la empresa de leer
“Crematorio”.
No esperaba que fuera sencillo.
El torrente de palabras, pensamientos, conceptos y emociones en canal que había
visto antes en Chirbes lo esperaba aquí también. Además, al ojear las más de
400 páginas en las que solo hay separación de texto en el inicio y final de
capítulo, siendo cada uno de ellos un gran párrafo, ya me dio una idea de lo
que venía.
Para ser exactos, no hay
capítulos. Son realmente, cada uno de ellos, el dibujo de finas líneas negras
sobre papel blanco que perfilan al personaje, cada uno protagonista de su
párrafo. Finas líneas negras que a veces evolucionan en espirales de
pensamientos casi obsesivos o que se alargan elegantes, como en un vuelo y dibujan a su vez a otras personas en las
que piensan o de las que recuerdan.
Este libro es como un puzzle
formado por cada uno de los que hablan y todos juntos, unidos por lazos familiares y de relación que les atan,
componen una imagen gris, densa, triste y sin lugar para la esperanza. La verdad
es que este libro me deja un sabor amargo, como si no hubiera cosas buenas o
sinceras en esta vida y ni siquiera pudiera haberlas. Todo el mundo es denso, turbio, solo con
destellos momentáneos que a veces parecen cargados de ironía, como si el autor
estuviera burlándose de ellos. Quizás haya algo de superioridad moral por su
parte. A veces parece como que sienta algo de simpatía o comprensión, pero creo que es solo un amago. No, no les quiere.
El personaje central, aunque
otros casi lo son en similar medida, es Rubén Bertomeu, empresario de la construcción en la Comunidad
Valenciana. Ya sólo con este dato ya muchos se han “situado” ¿verdad? Pues
si, eso es: un rico empresario que por
supuesto lo es gracias a la corrupción y tráfico de cosas varias. Se hizo poco a poco con más y más dinero
aprovechando el ambiente general de toda una época y ahora ya se mueve en un
ambiente “respetable”. Y alrededor de él
y del hecho de que ha fallecido su hermano (de ahí lo de “Crematorio”) van
cayendo los grabados al suelo según
Chirbes va dibujando y rematando. Tiene
especial peso las relaciones emocionales con este hermano, la madre y la hija,
Silvia. Y después hay varios
personajes digamos de vida “más oscura”,
en los que el empresario parece que tuvo las bases iniciales de parte de su
fortuna y estatus.
Si, me gusta y admiro la
escritura de Chirbes, pero si me encuentro con otra obra suya echaré antes una mirada al tema. Este no me ha gustado especialmente. Y una nota
para el recuerdo: lo he leído durante el estado de alarma de la Covid-19
Os dejo aquí el enlace a la web de la Fundación Rafael Chirbes.
Explica breve y estupendamente la obra y el perfil personal del autor.