viernes, 29 de mayo de 2020

CREMATORIO
























TITULO:     Crematorio

AUTOR:      Rafael Chirbes (1949-2015)

EDICION:   50Anagrama

Leí en agosto de  2016 “Paris-Austerlitz” después de una lectura fallida de “En la orilla”. Como ya comenté entonces, “En la orilla” me hizo sentir tal desesperanza que no pude avanzar en la lectura y después de varios intentos, abandoné. Ahora, llevada por la pasión que me llegó desde “Paris-Austerlitz”, por esa manera tan cruda y visceral de hacerte llegar emociones tan primarias y a la vez tan elaboradas acometí la empresa de leer “Crematorio”.

No esperaba que fuera sencillo. El torrente de palabras, pensamientos, conceptos y emociones en canal que había visto antes en Chirbes lo esperaba aquí también. Además, al ojear las más de 400 páginas en las que solo hay separación de texto en el inicio y final de capítulo, siendo cada uno de ellos un gran párrafo, ya me dio una idea de lo que venía.

Para ser exactos, no hay capítulos. Son realmente, cada uno de ellos, el dibujo de finas líneas negras sobre papel blanco que perfilan al personaje, cada uno protagonista de su párrafo. Finas líneas negras que a veces evolucionan en espirales de pensamientos casi obsesivos o que se alargan elegantes, como en un vuelo  y dibujan a su vez a otras personas en las que piensan o de las que recuerdan.

Este libro es como un puzzle formado por cada uno de los que hablan y todos juntos, unidos por lazos  familiares y de relación que les atan, componen una imagen gris, densa, triste y sin lugar para la esperanza. La verdad es que este libro me deja un sabor amargo, como si no hubiera cosas buenas o sinceras en esta vida y ni siquiera pudiera haberlas.  Todo el mundo es denso, turbio, solo con destellos momentáneos que a veces parecen cargados de ironía, como si el autor estuviera burlándose de ellos. Quizás haya algo de superioridad moral por su parte. A veces parece como que sienta algo de simpatía o comprensión, pero creo que es solo un amago. No, no les quiere.

El personaje central, aunque otros casi lo son en similar medida, es Rubén Bertomeu, empresario  de la construcción en la Comunidad Valenciana. Ya sólo con este dato ya muchos se han “situado” ¿verdad? Pues si,  eso es: un rico empresario que por supuesto lo es gracias a la corrupción y tráfico de cosas varias.  Se hizo poco a poco con más y más dinero aprovechando el ambiente general de toda una época y ahora ya se mueve en un ambiente “respetable”. Y alrededor de  él y del hecho de que ha fallecido su hermano (de ahí lo de “Crematorio”) van cayendo  los grabados al suelo según Chirbes va dibujando y rematando.  Tiene especial peso las relaciones emocionales con este hermano, la madre y la hija, Silvia.  Y después hay varios personajes  digamos de vida “más oscura”, en los que el empresario parece que tuvo las bases iniciales de parte de su fortuna y estatus.

Si, me gusta y admiro la escritura de Chirbes, pero si me encuentro con otra obra suya  echaré antes una mirada al tema. Este  no me ha gustado especialmente. Y una nota para el recuerdo: lo he leído durante el estado de alarma de la Covid-19

Os dejo aquí el enlace  a la web de la Fundación Rafael Chirbes. Explica breve y estupendamente la obra y el perfil personal del autor.