viernes, 25 de julio de 2025

MI MARIDO

 


 

TITULO:   Mi marido

AUTOR:   Maud Ventura  (Francia, 1992)

EDITORIAL:   Nordica Libros

 

 

Tal y como ha ocurrido otras veces, había decidido que necesitaba cuanto antes un nuevo libro. Esta vez queria una lectura que me acompañara a lo largo de unas cuantas horas de viaje en tren, desde Oviedo a Alicante. No tenía en mente ningún título ni autor en concreto ni género. Sali a pasear por el centro de Oviedo y me encontré con una pequeña librería que estaba tan llena de libros como ordenada, Librería Maribel. Y como otras veces, me quedé delante del escaparate sabiendo que había llegado el momento de decidir, de comprar un libro (y solo uno) que me acompañaría en mi viaje de vuelta a casa. Varios nombres de autores conocidos me llamaron la atención, pero fue la portada de un libro con título y autor totalmente desconocidos la que me atrapó. Porque no puedo sustraerme a las portadas llamativas, a las texturas del papel, el tipo de letra…El título no me acababa de gustar, pero siendo de Nórdica Libros decidí que le daba una oportunidad. Así que entré y estuve un ratito hablando con la librera, una chica encantadora, y todo lo que me dijo del libro me gustó. Ya tenía “mi tesoro” y podía seguir tranquilamente mi paseo.

Aún faltaban dos horas para irme y me costó mucho no empezar el libro “ya”, pero eran poco más de 200 páginas y pensé que si caía en la tentación, a mitad de viaje ya solo me quedaría el móvil y mirar por la ventanilla, y esas opciones no me gustaban nada. Así que hasta que no estuve en el tren instalada no comencé a leer.

Creo que el viaje fue de unas siete horas, eso es lo que tardé en leerlo. Quizás algo menos. Es que no podía dejar de leer.

Comienza con dos páginas a modo de presentación de la protagonista, que es quien cuenta la historia.  Una mujer joven, felizmente casada, con dos hijos y parece que con una vida perfecta. Está muy enamorada de su marido y él la ama y sin embargo ella siente un gran vacío, pero dice que está llena. Hasta aquí se plantea todo como perfecto, aunque ya apunta a una contradicción, a una incongruencia. Pero según se avanza en la lectura se va viendo que no hay incongruencia, que es real esa situación de “llena y vacía” a la vez, porque todo depende de qué se considere necesario para sentirse “llena”.

La novela transcurre en una semana, de lunes a domingo. En cada uno de los capítulos, que se corresponden con los siete días, Ella (no se da su nombre) va mostrando básicamente su proceso mental, cómo de una idea va a otra y de un pensamiento a otro y de un razonamiento a una conclusión… y poquito a poco vamos viendo que hay algo en ella desajustado, que no funciona bien. Y sin embargo su vida es perfecta, funciona, es lo que ella queria.

Todo pasa por el tamiz de su proceso, su peculiar proceso mental. Expone sus conclusiones, sus razonamientos y consigue que parezcan sanos, razonados, “normales”. El marido es el centro de atención de toda su vida. Piensa en él, llora por él, se enfada, le manipula, sin descanso. Cada palabra de su vida, cada gesto, tiene una intencionalidad hacia él. Sus hijos, sus amistades, su trabajo, sus gustos, sus caprichos…todo lo hace, lo piensa, lo estudia, lo sufre o disfruta con el marido como motivo central.

Ha sido para mí una lectura absorbente que me mantuvo todo el tiempo deseando acabar la página e iniciar la siguiente, presintiendo que cada párrafo me iba a llevar un paso más allá, más abajo. Porque en la vida de Ella realmente nada es perfecto, nada es sencillo, nada fluye, todo está manipulado, dirigido y cada vez se va viendo más oscura. Van ocurriendo cosas, pero realmente es la elaboración que ella hace lo fundamental

Según avanzaba en la lectura iba teniendo más claro que un psicólogo entendería su forma de vida, de pensar y le podría poner nombre de algún desajuste en concreto o dolencia, pero lo que me sorprendió es que en alguno de aquellos pensamientos me vi reflejada. Creo que eso fue lo más inquietante de este libro, que empieza como el relato anodino de una enamorada esposa “perfecta”, después comienza a esparcir sobre la mesa pensamientos patológicos que juzgas desde afuera, y cuando te quieres dar cuenta resulta que alguno o algunos han sido tuyos en algún momento y darte cuenta es bastante inquietante.

Y como buena novela, hay un desenlace. Más bien un giro final, una sorpresa, algo que te hace decir “¡vaya!” pero no voy a decir más porque no quiero arruinarte ese momento si te decides a leer el libro.