sábado, 3 de agosto de 2024


 

TITULO:   Un año en los bosques

AUTOR:   Sue Hubbell  (Kalamazoo, Michigan, 1935- 2018)  

EDITORIAL:   Errata Naturae

 

 

Debió de ser hace unos tres años cuando en la Feria del Libro de Madrid me detuve en la caseta de la editorial Errata Naturae; en una feria anterior me habían recomendado “Una temporada en Tinker Creek” (lo tengo en el blog, 30 de agosto de 2018) y les pedí una lectura similar. Acertaron al recomendarme “Un año en los bosques”

Ya era verano cuando lo leí y quede algo desconcertada. Esperaba una serie de vivencias más o menos extraordinarias o profundas, contadas por su protagonista quizás con un punto de trascendencia y lo que encontré fue un relato que pasaba de manera suave y fluida por experiencias, si, pero sencillas, que  sólo  rozaban la intimidad  en escasos momentos. Y sin embargo el sabor que me dejó era dulce y profundo, sin entender yo de dónde me llegaba esa profundidad. Con este recuerdo lo he leído de nuevo, ahora ya de una forma más detenida y atenta. Quizás estos años, durante los que he cruzado los 60, me hayan ayudado a leer de otra manera.  

Sue Hubbell nació  en 1935. Estudió Biología y Periodismo y trabajó como encargada de una librería y como profesora y bibliotecaria. En 1973 decide cambiar radicalmente su vida, no quiere seguir formando parte del modo de vida “normal”: renuncia a su empleo, reduce drásticamente ingresos y gastos, de modo que, además, se redujeran los impuestos que debía pagar a un gobierno que seguía financiando la guerra de Vietnam y junto a su marido se marcha a un remoto lugar de las Montañas Ozarks, en Misuri.

Inspirándose en las lecturas de Henry David Thoreau, se mudan a una granja y eligen la apicultura como modo de vida, suponiendo que los conocimientos que tiene les ayudaran y porque no saben nada de agricultura ni de ganadería. Al poco tiempo su marido decide no seguir adelante y se queda sola. Comienza entonces para ella una aventura cuyas consecuencias no alcanza a imaginar.

En 1986 se edita este libro “Un año en los bosques”, resultado de años de vida en soledad, de aprendizaje, de transformación.  Sus conocimientos eran teóricos y es la naturaleza la que se encarga de enseñarle todo y es ella, desde una mente abierta, humilde, alegre, la que va absorbiendo, reflexionando, “viviendo” desde su corazón.

“Un año en los bosques” está considerado un libro clásico de la llamada nature writing y del movimiento del decrecimiento.

Es autora de varios libros más y fue colaboradora habitual de diferentes periódicos.

Estos datos anteriores los he recogido de Wikipedia y del prólogo de esta edición de Errata Naturae, que es de J.M.G. Le Clézio, que por cierto es toda una delicia.

Cuando escribe este libro lleva ya doce años viviendo en las montañas Ozarks y ha pasado “la mayor parte de ese tiempo sola”.  

Abejas, arreglos de camionetas, ranas. Nada transmite sensación de soledad porque su forma de mirar todo lo que le rodea y le ocurre, de vivirlo todo, es absolutamente vital y está llena de agradecimiento.  Conversaciones con otros habitantes de la zona sobre las cosechas, el frio de la temporada o el paso de unas aves; parecen intrascendentes pero cumplen su función de comunicación, de decirle al otro “esta es nuestra forma de vida y yo estoy aquí”. El amor  a lo cotidiano, al día que sigue al día anterior. Reflexiones como madre, como mujer madura. Especialmente hay unas páginas con sus pensamientos sobre la mujer y el paso del tiempo que me han resonado mucho:

“A veces me pregunto en qué lugar encajamos las mujeres maduras en el diseño de las cosas, una vez que la construcción del nido ha perdido su encanto” “…tenemos tiempo, o al menos la conciencia de su paso. Hemos vivido y hemos visto lo suficiente para comprender, en un sentido que trasciende el concepto intelectual, que vamos a morir, de manera que hemos aprendido a vivir como si fuéramos mortales, tomando las decisiones con cuidado y reflexión, pues no podremos volver a tomarlas”  “Quiero el mundo entero, y también las estrellas”.

No puedo añadir más, es un libro muy especial para mi, volveré a leerlo. Será como visitar a una de esas amigas que sin hacer nada en especial, te aportan cariño y sosiego. 

 

martes, 2 de julio de 2024

EL CUCO DE CRISTAL


 











TITULO:   El cuco de cristal

AUTOR:   Javier Castillo (Málaga, 1987)  

EDITORIAL:   Suma de Letras.

 

 

Acabo de darme cuenta de que desde Septiembre del año pasado no he comentado ningún libro en este blog. Y el caso es que he leído unos cuantos. Algunos fueron complicados, de lectura lenta, de esos que cuando acabo de leer alguno de sus párrafos tengo que volver a empezar porque necesito profundizar más,  porque siento que no lo he entendido, que no he conseguido captar todo lo que dice. A veces me pregunto qué puede aportar a nadie, y menos al autor, lo que a mí me haya parecido su obra. Me digo que me falta formación y experiencia y cosas así. Pero la verdad es que sólo quiero dejar constancia de qué me ha hecho sentir un libro y unos pocos apuntes más, como aquellas fichas que había en las bibliotecas cuando yo era jovencita y sacaba algunas lecturas. Y ya viendo así el tema, me queda ser capaz de organizarme y dedicarle tiempo. Y aquí estoy…

Este de hoy no lo compré para mí, fue un regalo a uno de mis hijos. Pero  he visto que no lo había leído y ha tenido tanto éxito y estaba allí, en su mesa, tan solo y sin abrir todavía… que me he lanzado a por él. Y sí, me he lanzado, porque lo he leído en cuatro o cinco días.

El autor, Javier Castillo, tiene 37 años y ya siete libros en su haber. Dos de ellos además se han adaptado  para series de televisión. Vamos, que lleva una carrera ascendente y rápida.  Pongo aquí el enlace a Wikipedia que lo explica todo mucho mejor que yo  https://es.wikipedia.org/wiki/Javier_Castillo.

Esta novela  es un thriller  (por lo que he visto, todas sus novelas lo son).

Empieza en Nueva York, 2017. Cora Merlo, médico residente de primer año, sufre un infarto y le realizan un trasplante de corazón. Al poco tiempo recibe la visita de la madre del donante, un hombre joven, que le propone conocer cómo era la vida de su hijo. Sin saberlo, al aceptar Cora se adentra en la historia de una familia llena de dolor y de un misterio que desde hace veinte años ensombrece a todo  un  pueblo y sus habitantes. 

En la novela se alternan capítulos del presente y del pasado. Por una parte está Cora y cómo afronta su situación: ha estado a punto de morir y le han trasplantado el corazón de otra persona. Se le plantea la posibilidad de saber quién era el donante y poco a poco ella misma empieza a formar parte de todo un misterio, de acontecimientos que marcaron la vida de muchas personas, algunas de las cuales van entrando en la suya. Y el misterio se va  desplegando ante ella.  Y por otra parte, Javier Castillo nos va mostrando cómo fueron desarrollándose los acontecimientos del pasado que trajeron ese dolor.  Y es esa tensión que crea el ir conociendo lo que pasó al mismo tiempo que ves lo que está ocurriendo,  la que mantiene la atención plena en la lectura y las ganas de seguir leyendo y de saber cada vez más.

Posiblemente no sea el mejor libro que he leído este año. Pero ¿qué tiene que tener un libro para que sienta que es el mejor del año? Pues no lo sé, la verdad. ¿Qué le pido a un libro? Pues en primer lugar que me atrape (y le doy el margen de muchas páginas, no tiro la toalla en las  primeras). Pues este lo ha conseguido. Quizás no porque me haya hecho pensar o sentir de diferentes formas, ni porque me haya llevado de sorpresa en sorpresa, ni porque haya necesitado leer dos veces cada párrafo para entenderlo. Pero me ha intrigado, ha hecho que estuviera deseando acabar el capítulo para leer el siguiente. Ha hecho que los personajes me cayeran bien y hasta les cogiera a afecto a los buenos. Y los malos… hasta he podido sentir pena por ellos.

Y lo que sí me ha sorprendido han sido los “agradecimientos” del autor que van al final del libro. Más de ocho páginas llenas de cariño, gratitud y vehemencia. Creo que Javier Castillo ama esto de escribir, que se siente satisfecho al saber que me ha tenido en tensión y realmente agradecido a tantos que le han ayudado y a tantos que le hemos leído.  Y yo también le agradezco a él el interés que ha mostrado en construir esta historia. Me he quedado con ganas de leer otro de sus libros.


domingo, 17 de septiembre de 2023

ESPERANDO AL DILUVIO

 























TITULO:   Esperando al diluvio

AUTOR:   Dolores Redondo (Donostia-San Sebastián, 1969)

EDITORIAL:   Destino

 

 

¡Qué ganas tenia de disponer de unos días tranquilos para leer este libro con calma y dedicación! Darme el gusto de leer durante varias horas o tenerlo a mano y en cualquier ratito abrirlo por esa página que siempre dejo un poquito doblada (lo sé, me han dicho que no se debe hacer, pero forma parte de mi ritual…) y conectar todos mis sentidos a ese punto en el que he dejado la lectura: un personaje a punto de decidir cómo romper con todo, o saboreando la dulzura de un gran amor conseguido, o sencillamente viendo como la vida se le pasa y no sabe qué hacer .

¿Se puede sentir que eres algo así como “amiga” de una escritora a la que nunca has visto y con la que nunca has hablado, ni siquiera “chateado”? Pues es que es así cómo me siento cuando leo a Dolores Redondo, como si mi gran amiga me estuviera contando,  solo a mí,  una historia que además sólo ella conoce.  Y me la cuenta con detalle, yendo adelante y atrás en el tiempo, explicando acontecimientos de los que yo  recordaba muy poco y otros de los que nada sabia. Y  me los trae aquí para que yo pueda ir viendo cómo poco a poco se levanta el telón del drama que enseguida me va a mostrar. Y todo esto, solo para mi.

Cuando lei “La cara norte del corazón” pensé en la de horas que Dolores Redondo tuvo que dedicar en documentarse  para situar la acción principal en el Nueva Orleans de los días anteriores y los que siguieron  al huracán Katrina , cuando el agua avanzaba destruyéndolo todo. Y ahora vuelve a dejarme encantada viendo cómo me cuenta sobre las enfermedades cardiacas, cirugía del corazón, psicología de asesinos en serie, métodos de investigación y cuestiones forenses. Y todo esto lo mezcla con dos hechos reales: las inundaciones terribles en Bilbao el 26 de agosto de 1983 y el misterio de John Biblia, asesino en serie que a finales de los 60 mató a tres jóvenes en la ciudad escocesa de Glasgow y que nunca fue atrapado, a pesar de haberse llevado a cabo la que se considera la mayor operación en la historia de la policía en Escocia.

Todo lo anterior serian tan sólo datos y más datos, hechos. Pero Dolores Redondo pone en marcha todo un despliegue de acción y, sobre todo, de personajes llenos de emociones, de corazón, de sus propias historias que van arrastrando mientras ella las desgrana para nosotros, para mi.

Me ha gustado mucho el policía escocés Noah Scott Sherrington, su evolución como protagonista a lo largo de estas más de 500 páginas.  Su persecución casi obsesiva del asesino le lleva a un Bilbao en los días anteriores a la inundación, al mismo tiempo que su propia vida parece acercarse al desastre final. Y en medio y alrededor de todo esto, una mujer, Maite, contrapunto de otras mujeres que poblaron la vida del asesino. Y de fondo, las pobres victimas a las que se intenta salvar o al menos hacer justicia.

Personajes  creíbles, llenos de humanidad y con su oscuridad a cuestas. Y también con luces de amor, mucho amor. Estupendos todos.

Me he puesto a contar sobre el libro sin decir nada de la autora, así que aquí dejo un enlace a Wikipedia. Está muy completa y en las referencias podéis ir a artículos  si queréis saber más. Pero en este caso, lo que os digo es que leáis este libro  y esa la mejor forma de conocerla.

https://es.wikipedia.org/wiki/Dolores_Redondo


domingo, 5 de febrero de 2023

LOS ASQUEROSOS

 


TITULO:   Los asquerosos

AUTOR:   Santiago Lorenzo (Portugalete,1964 )

EDITORIAL:   Blackie Books

 

 

Como me pasa a menudo, no he comprado este libro por haber visto una reseña o porque me lo haya recomendado alguien, lo compré porque me llamaron  la atención el título y la portada. El título me produjo un poco de rechazo y además no me sugería nada, así que me acerqué para leer de qué iba. Y entonces fue el diseño de la portada, su textura, el papel…lo que me enganchó.

 En la contraportada lleva un pequeño resumen:

“Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que le envía su tio. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita….”

Todo me atrajo finalmente, así que no había más qué pensar.

Pero yo lo que quiero contar es lo que he sentido leyendo, cómo ha sido mi viaje.

Este libro lo inicié creo que tres veces. No sé qué me ha pasado, pero después de unas horas de lectura sentía que tenía que descansar y me desconectaba durante semanas de él. Pero ahí lo dejaba, a la vista y además con la intención de empezarlo de nuevo. Y lo he terminado esta misma tarde y sigo sin saber qué era eso que me hacía difícil continuar. Quizás fue su vocabulario, tan variado y lleno de palabras que me ha llevado al diccionario de la RAE en varias ocasiones. O las frases, en las que los adjetivos son como chispazos y me obligaban a leer despacio para poder ver los diferentes colores y matices de las escenas,  emociones y sensaciones. O la personalidad de Manuel, el protagonista, al que quizás intenté entender cuando lo único que tenía que hacer era “verle”. O el narrador, su tío,  que ha hecho de puente entre Manuel y yo y ha sido el otro personaje, al que había que “escuchar”.  Y es que finalmente yo también he sido parte de la “mochufa” pretendiendo una lectura fácil, rápida, con un mensaje sencillo que me llegara cuanto antes. Puro consumo... No es así este libro.

En la última lectura me propuse leer sin distracciones, en silencio, concentrada en lo que estaba haciendo, deteniéndome en los matices de cada palabra porque son las que realmente importan,   las que me iban a desentrañar el misterio de Manuel, de su historia,  de la relación que su tio tiene con él y de cómo vive desde afuera cada una de las decisiones que su sobrino toma.

Y hoy he llegado al final y lo he entendido todo. A Manuel, a su tio, a Santiago Lorenzo. O eso quiero pensar, porque lo cierto es que así han conseguido los tres que me sienta: finalmente he conseguido verles,  escucharles y entenderles. He hecho este viaje con ellos y me siento muy agradecida.  Es la magia de la escritura, yo no sé realmente cual ha sido la intención del autor, puede que  me  haya adueñado de su obra y no haya leído lo que él escribió, si no otra cosa. Pero así  supongo es como cada libro es de su autor inicialmente y luego de todos y cada uno de los lectores …

Aquí os dejo enlace a Wikipedia y a la web de la editorial para saber más sobre el autor. También hay dos programas de Página Dos en los que le entrevistan, el del 04/12/2018 y el de 10/11/2022. A mi estas entrevistas me han encantado.

 https://es.wikipedia.org/wiki/Santiago_Lorenzo

https://blackiebooks.org/artista/santiago-lorenzo/


viernes, 11 de noviembre de 2022

SIETE CASAS VACÍAS

 
















TITULO:   Siete casas vacías

AUTOR:   Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978 - )

EDITORIAL:   Páginas de Espuma

 

 

 En la web Cervantes.es dicen, entre otras cosas, de Samanta Schweblin:

“Es descrita como una de las mejores cuentistas argentinas de las últimas décadas…”

“Escribe en el género de cuento y novela, siendo premiada por ambos en distintas ocasiones…”

En Wikipedia.org también aportan  datos sobre ella y su obra.  Hay otros muchos enlaces que os pueden llevar a saber más, si es que no la conocéis ya. Pero como en otras ocasiones, es en la contraportada donde veo la pista más clara:

  “…una científica cuerda contemplando locos, o gente que está pensando seriamente en volverse loca”

Este es un libro de cuentos, de relatos.  Son siete cuentos, como las siete casas del título, habitados por seres de carne y hueso que se hacen transparentes para que podamos sentir, ver y oler esos pensamientos que a veces se tienen en un segundo o tercer plano. Pensamientos que  nos parecen  “otra voz” desconocida que está dentro de nuestra cabeza, a la que oímos  y a la que a veces  incluso nos cuesta reconocer que la oímos. A la que nos es casi imposible reconocer como “nuestra”.

Samanta nos expone desde dentro los bordes de la locura. O quizás no sea locura, solo pensamientos de esos que decimos que “no son normales”  pero que puede que sean más habituales de lo que queremos reconocernos o reconocer ante o en  los demás.

Después de cada uno de los cuentos me he quedado algo  trastocada, ha sido como cuando tropiezas con algo y pierdes el equilibrio por unos segundos y lo recuperas, pero ya no del todo.

En el primero “Nada de todo esto” una hija tiene que convivir con las “rarezas” de su madre  y esa cotidianeidad, esa convivencia con comportamientos que se suelen englobar en el término “locura” es lo que más me ha inquietado del cuento. Ese miedo a lo que está fuera de control en los demás, a lo imprevisible, a la convivencia con una persona a la que amas pero que a la vez desconoces porque ya no sabes si es quien era.

En “Mis padres y mis hijos” hay algo similar, pero ya en “Pasa siempre en esta casa” baja un escalón más  y el narrador está mucho más cerca del,  digamos,  “raro”;  los pensamientos  de ambos tienen un tinte de normalidad que te va acercando  a lo que creo es el punto central del libro.  Y para mí el punto central está en “La respiración cavernaria”. Después,  tres cuentos más  acaban de dejarte “fuera de sitio”.

En “La respiración cavernaria”,  el más extenso de todos,  es dónde me he sentido realmente conmovida. Lo que empieza como el relato sobre una mujer de edad avanzada, Lola, que convive con su marido y una serie de pensamientos íntimos que se mueven entre cierta rareza (quizás, solo quizás) y el dolor, va evolucionando lenta y de forma imperceptible hacia otras zonas mucho más opacas y desasosegantes. Desasosegantes por lo cotidiano, que es lo que realmente a mí me ha producido temor.

El temor a lo cerca que vivimos de esa línea que separa la cordura de lo que ya no lo es, de toda esa serie de pequeños desajustes que ni siquiera sabemos si podemos llamar locura. Porque existen innumerables patologías que se salen de lo que nos gusta llamar “normal” (aunque también sabemos que lo “normal” no está claro qué es).  Creo que todos sentimos  a veces que tenemos pensamientos de los que preferimos decir que no son “nuestros”,  decimos que se nos “han pasado por la cabeza ideas raras” , pero no estamos seguros de si se nos han pasado o viven ahí. Porque quizás lo que llamamos “normal” solo sea lo que permitimos que se vea y salga y lo demás, que en realidad está en nosotros, nos decimos y decimos a los demás o que no es nuestro o que ni siquiera está.

Eso es lo que me han producido estos cuentos, todos ellos. La sensación de que la línea no es fácil saber cuándo se cruza, que no sabemos cuándo la cruzaremos y que, una vez cruzada, realmente nosotros no podremos saber que estamos ya al otro lado.

Así que os recomiendo muchísimo este libro. No me dejó feliz, ni tranquila, ni plena. Pero tampoco creo que haga falta que un libro provoque nada de eso para decir que es bueno y recomendarlo.

En cuanto al titulo, me he quedado con la sensación de que no se refiere a las casas que aparecen en los relatos, si no al vacío que emana de cada uno de ellos

https://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/creadores/schweblin_samanta.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/Samanta_Schweblin

https://elpais.com/cultura/2018/10/24/actualidad/1540396940_059247.html

 


domingo, 31 de julio de 2022

EL ÁRBOL


 




TITULO:   El árbol

AUTOR:   John Fowles (Reino Unido 1926-2005)

EDITORIAL:   Impedimenta

 

 

     He aquí un libro comprado de manera totalmente “impulsiva”. Me paro en la Feria del Libro de Madrid en la caseta de  la editorial IMPEDIMENTA y se empieza a generar en mí una clara necesidad de tocar esas cubiertas rugosas de colores contundentes,  con los títulos de los libros escritos con un tipo de letra que no sé cómo se llama pero que evoca  a otros tiempos, a silencio, a lectura ensimismada…  Y luego abro el ejemplar y  me encuentro un papel de textura maravillosa con un tono de color “hueso”  perfecto y  de tacto suave y de nuevo un tipo y tamaño de letra que parece que solo puede conducirme a experiencias plenas y fantásticas. Y es así como paseo mis ojos hambrientos por títulos y nombres de autor deseando que al  menos uno u otro, en alguno de esos ejemplares, me diga  “soy yo, te voy a llevar a dónde no esperas”.

    Si, esta vez tengo que empezar por hablaros del libro como objeto de culto y casi necesidad física, porque así es como me decidí por éste. No sabía nada del autor ni del libro, además es un ensayo. Pero lo compré con “ansia viva” como decía  un personaje de José Mota y así comencé a leer.

    Y como es de esperar después de esta introducción, me ha costado leerlo. Tanto, que lo he leído tres veces porque me resisto a acabar un libro y no saber ni qué me querían decir ni casi poder explicar qué he entendido. 

    “El árbol” es un libro corto, esta edición es de 104 páginas. Quizás sea porque esté todo muy condensado, pero el caso es que me ha costado entenderlo. Leí la contraportada, siempre lo hago  antes de comenzar la lectura y cuando acabé la primera vez sólo tenía claro que en su juventud no estaba conforme con la forma de ver la vida de su padre y que en la madurez, aun viendo las cosas de forma muy distinta a él, parece que llegó a suavizarse esa incomodidad.

    Acometí la segunda lectura  ya buscando en concreto  cómo era su relación con la naturaleza y a qué conclusiones le había llevado. Y aún necesité  una tercera para apreciar   cómo fue evolucionando a lo largo de su vida esa forma de “vivir” la naturaleza (especialmente los árboles y el bosque). También busqué de qué manera se reflejaba esto en su forma de vivir pero no detalla mucho sobre esto, él se detiene en “cómo siente” la naturaleza y lo que le aporta en su visión de la vida.

    En esta última lectura subrayé algunos párrafos en los que me pareció ver las claves. Por ejemplo, cómo la forma en que su padre se relacionaba con los árboles de un pequeño huerto fue para él el reflejo de toda una forma de vivir y convivir con la naturaleza:

“Estos parientes fueron los responsables de que se despertase muy pronto en mí la pasión por la historia natural y por el campo. Es decir, el deseo de escapar de los árboles que tan artificialmente crecían en nuestro jardín trasero, y de todo lo que representaban. De esta manera, sin apenas darme cuenta, empezaba a pisotear el alma de mi padre…..”

    Este ensayo lo escribió en 1979 y leyendo este otro párrafo pensé que muy posiblemente  ahora, en 2022, todavía sea más exagerada esta pulsión que el ya vio y que nos lleva a constantemente estar pendientes de llegar a otro sitio, conseguir otro objeto, vivir otra experiencia más… acumular por el hecho de acumular pero siempre pendientes del siguiente objetivo, sin realmente saborear lo obtenido:

“Y dado que el hombre es una criatura altamente codiciosa, que parece haberse dejado lavar el cerebro en la mayoría de las sociedades modernas para creer que el acto de adquirir algo es mucho más placentero que el hecho de haberlo adquirido, que conseguir es mejor que haber conseguido…”

    Rentabilizar el tiempo, exprimir cualquier momento en el que nos quepa una actividad más en nuestra agenda, urgidos porque no quede ningún instante sin su correspondiente cita:

 ”Esta adicción a la búsqueda de un motivo, de una función, de un rendimiento cuantificable, se ha infiltrado en todos los aspectos de nuestras  vidas hasta convertirse de forma muy eficaz en sinónimo de placer, de modo que la versión moderna del infierno es la carencia de propósito”

    Precisamente apareció hace unas semans en diario El País, un artículo  https://elpais.com/ideas/2022-07-03/la-tirania-de-la-vida-eficiente-alguien-es-capaz-de-no-hacer-nada.html  en el que se comentan varias publicaciones  al respecto (“Cuatro mil semanas. Gestión del tiempo para mortales” de Oliver Burkeman,  “El don de la siesta” de Miguel Ángel Hernández y algunos más).

    Y como explicación de su forma de vivir la naturaleza, este último, que profundiza más:

“Me resulta bastante misterioso el hecho de que, para mí, los bosques nunca hayan sido un elemento estático. En términos físicos, yo me muevo a través de ellos, pero, en términos metafísicos, son ellos los que parecen moverse a través de mi” 

    Si, realmente es un libro para leer con calma, reflexionando cada planteamiento.   

    Como siempre, echo  mano de Wikipedia. Da una visión global y aporta datos que no hay en otros enlaces, además tiene uno  a “Página oficial de John Fowles”.  En ninguna de las dos detallan nada de este ensayo en concreto:

https://es.wikipedia.org/wiki/John_Fowles   https://web.archive.org/web/20070630054451/http://www.fowlesbooks.com/

    En El Pais se publicó una necrológica el 8 Noviembre 2005 muy interesante que  da una visión de John Fowles  como escritor “libre”, no encasillado,  y ésta es una de las visiones que precisamente da en “El árbol” : la necesidad de no encasillarnos, de no seguir encuadrando la vida en pequeñas celdas, de no encerrarnos en ninguna de ellas:

 https://elpais.com/diario/2005/11/08/agenda/1131404407_850215.html

    Y finalmente incluyo el enlace a la propia editorial, que es el único que he visto como presentación de este libro en concreto  https://impedimenta.es/producto/el-arbol

    No sé si me ha quedado una reseña algo “liada”, pero es que así ha sido mi experiencia de lectura. Me sigue costando trabajo leer un ensayo. Me ha gustado, creo que me ha hecho pensar y eso me gusta, aunque no he llegado a sentir demasiada conexión, no he conseguido “sentir” , esa es la cuestión.


domingo, 27 de febrero de 2022

EL MUNDO SIGUE

 






 












TITULO:   El mundo sigue

AUTOR:   Juan Antonio Zunzunegui (1900-1982)

EDICION:   El Paseo

 

 

 

En el año 2015 se reestrenó la película “El mundo sigue”. Vi un titular en el periódico  y me llamó la atención eso de que se “reestrenara”  una película en su 50 aniversario. Se trata  de una película escrita y dirigida por Fernando Fernán Gómez, estrenada en 1965 después de muchas penurias económicas  y  problemas con la censura  qué además solo pudieron visionar en unos pocos cines.  De hecho, en su autobiografía “El tiempo amarillo” cuenta el empeño que tuvo en hacer la película, fascinado por la novela de Zunzunegui. Todo fueron problemas y un desastre económico que arruinó a Fernán Gomez.

El caso es que vi la película y quedé sorprendida por la dureza  de las escenas, de los diálogos, de la historia en si misma. Y especialmente por el  final. La verdad es que no sé cómo la censura pudo autorizar el estreno porque muestra una España totalmente opuesta a lo que se permitía enseñar en aquel momento.

Aquí os dejo uno de los artículos sobre el reestreno y la historia de la película

https://www.20minutos.es/cinemania/noticias/el-mundo-sigue-peor-experiencia-fernando-fernan-gomez-mayor-obra-maestra-4802994/

Pero si esa era la película ¿cómo sería la novela? Pues fue la casualidad de nuevo la que me puso delante de los ojos un artículo sobre la novela y su reedición, este año pasado de 2021, centenario del nacimiento de Fernando Fernán Gómez.  Así que lo busqué en la Feria del Libro de Madrid y  fue una de mis compras.

https://sevilla.abc.es/cultura/libros/sevi-reeditan-mundo-sigue-novela-inspiro-magistral-pelicula-fernan-gomez-202109110831_noticia.html

La película es una adaptación  fiel de la novela, pero es en la novela dónde se puede respirar al completo esa atmósfera tan triste y sin esperanza de la película, dónde se puede percibir más de cerca el olor del hambre, de las privaciones, del malvivir y  de ese buscarse la vida, cada dia,  para salir malamente hacia no se sabe dónde.

Por lo que he leído del autor también fue un poco “maldito”. Durante el régimen porque había sido cercano a José Antonio Primo de Rivera y en sus novelas  había un contenido social ciertamente crítico y cuando llegó la democracia, por haber sido escritor durante el régimen.

La novela es muy ágil, con un texto lleno de diálogos  y escenas dibujados con trazos rápidos.  Personajes que van evolucionando,  luchando por alejarse de sus destinos pero al mismo tiempo, totalmente abocados a cumplirlos.

En el Madrid de los 50, en el barrio de Malasaña, dos hermanas con personalidades totalmente distintas y que se odian visceralmente, intentan salir adelante, cada una a su manera. Sus padres, él guardia de circulación y ella una mujer a la que le van llegando los achaques de la edad, verán cómo en unos años las rivalidad entre las dos se va haciendo más y más amarga y cómo en la lucha de cada una por tener una vida, se van quemando.

Temas como la condición de la mujer y las pocas salidas que se le permitían, los malos tratos “normalizados”, la ludopatía, la estrechez como pobreza sin esperanza, el hambre cotidiana… todo esto se retrata abiertamente.

La novela está llena de otros personajes que a su vez también luchan por sacar un poco la cabeza entre tanta necesidad, todos perfectamente dibujados en sus caracteres y expectativas.

También ha sido un placer tener que leer con el diccionario de la RAE  a  mano, emplea muchas palabras que hoy en dia no se usan.

 Y poco a poco todo se desarrolla hasta llevarte al  final, que siendo abrupto, duro, no dejar de ser acorde al camino por el que transitan. Finalmente, había un destino.

Es muy de agradecer la Nota Editorial, al principio del libro. En varias páginas hace la presentación de la novela, comentarios sobre la película que después se hizo y además un muy concreto resumen de vida y obra del autor.

La edición es preciosa, cuidada. Da gusto pasar las páginas, te van llevando sin que te des cuenta.