jueves, 27 de septiembre de 2018

LA DESAPARICIÓN DE STEPHANIE MAILER






















TITULO:      La desaparición de Stephanie Mailer

AUTOR:      Joël Dicker (Ginebra, Suiza 1985)

EDICION:   Alfaguara


                Cuando en el verano de 2013 descubrí “La verdad sobre el caso Harry Quebert” recuerdo que lo viví como un regalo inesperado. Compré la novela porque tenía buena crítica, muchas páginas y además había un misterio, perfecta para las tardes de verano;  pues me encontré con mucho más y disfruté de todas y cada una de sus más de 600 páginas. Recuerdo que me llamó mucho la atención que el autor tuviera solo 27 años y además fuera su segunda novela ya y sentí una mezcla de admiración y sana envidia.

                Y esa novela me llevó el pasado verano a “El libro de los Baltimore”. Enlaza algo con el anterior, el protagonista es el mismo escritor aunque el tema es distinto.  Me gustó, era digno sucesor.  Tampoco esperaba que fuera tan especial como “La verdad…”. Un escritor puede tener un libro que destaque sobremanera y eso no desmerece al resto. Era posible que “La verdad….” fuera ese libro que marcara el techo de Dicker.

                Con estos antecedentes no tuve ninguna duda a la hora de comprar  “La desaparición de Stephanie Mailer”. También han sido más de 600 páginas, pero en esta ocasión si no llega a ser porque tengo la costumbre de acabar todas mis lecturas, yo creo que antes de la mitad lo dejo. Sigo creyendo que escribe muy bien, que cada personaje tiene su sitio propio y está justificada su existencia, que es capaz de desarrollar una historia dentro de otra y hacer aparecer otra más y que todo cuadre…si, pero es que en el centro del libro hay una  en concreto que no entiendo por qué  la ha elegido. Es algo totalmente sin sentido. Un autor teatral se pasa años haciendo selección de actores para su obra y nunca coge a nadie. Nadie ha leído la obra y solo conocen el título, pero se le considera un autor fabuloso. Y alrededor de esto se va desarrollando y creciendo la trama, es una de las partes más fundamentales. Si, el resto es más coherente, pero cada vez que me aparecía lo del autor, la obra y los ensayos es que no podía dejar de preguntarme “¿y para qué? ¿qué aporta esto?”. Cualquier tensión que me estuviera produciendo lo que leía se me iba abajo.

                Desde mi pequeña y pobre experiencia, entiendo que el esfuerzo para escribir una novela así debe ser enorme y le aprecio el mérito y me siento fatal diciendo que esta no me ha gustado. No la puedo recomendar.  No entiendo por qué no ha planteado una situación más verosímil.  De todas formas no creo que le haga mucho daño mi crítica. Mis comentarios no pasan de eso, de ser comentarios en un blog que siento escribo solo para mi.  Joël Dicker no perderá el sueño ni ninguna venta por mi culpa. 

                Y yo seguiré colgando aquí mis lecturas y lo que opino de ellas. Así, cuando sea muy mayor y ya ni recuerde qué he leído,  podré leerlo y me servirá de memoria. O quizás lo lean mis nietos… sería bonito.