TITULO: La piel
AUTOR: Sergio
del Molino (1979)
EDICION: Alfaguara. Narrativa Hispánica.
Supe de Sergio del Molino
escuchando “Onda Cero” porque él es colaborador. Cuando en uno de los
programas hablaron de la presentación de su libro la curiosidad me llevó a
buscar qué había escrito y así he
sabido de la existencia de este
escritor, gran escritor.
“La piel” no es una novela,
aunque en parte si tiene algo de novela. Tampoco es sólo un tratado sobre la
piel y cómo su aspecto o calidad puede afectar a una vida, aunque algo hay de
esto. No es exactamente una autobiografía aunque Sergio del Molino exponga aquí
su psoriasis y junto a ella parte de sus entrañas. Es más que unos apuntes de
historia sobre algunos personajes que también
vivieron con su psoriasis. Aquí hay mucho más que piel, hay amor. Amor
por las historias bien contadas, por las palabras elegidas, seleccionadas con
sumo cuidado para transmitir exactamente eso que él desea y además de una
manera hermosa y precisa. Y también me
ha llegado amor a los demás, no sé decirlo de otra manera. Es más que cariño,
es Amor. Y especialmente a ese hijo al que se dirige, a ese hijo que a momentos
somos nosotros mientras él le/nos explica el dolor de sentirse distinto, de que te vean como distinto. Y la
culpa, esa sensación de culpa por ser diferente, como si uno tuviera en su mano
cuando se muestra ante los demás el poder elegir su aspecto, su salud, su
color o su olor corporal; como si pudiéramos controlar todo, qué mentira. Y
hay valentía, valentía para mostrarse y que le veamos. Se nos enseña y así se
enseña a su hijo, se le muestra a él y
nos dice “mirad, que esto es lo que hay”.
Hay humildad.
Ha sido esa voluntad de mostrarse
al hijo la que me ha conmovido, la que me ha hecho pensar. Como hija no sé en
qué momento mi padre dejo de ser “mi padre” y pasó a ser un hombre (que era mi
padre, pero era “un hombre” entre otros). Tengo una escena grabada de mis ocho
años más o menos en la que me recuerdo juzgando lo que decía, sintiendo esa
censura interna hacia él que luego tantas veces volvería. Y luego pasaron los
años y de nuevo dejó de ser un hombre de entre muchos para ser “mi padre” en mi recuerdo. Pero me ha movido más desde la posición de madre ¿Cuándo nuestros hijos dejan de vernos medio metro sobre ellos y
pasamos a estar a ras de suelo o incluso más abajo? ¿es mejor elegir el
momento, mostrarte tú mismo tal cual eres, o crees, a tu elección?. Quizás no
sea el momento más adecuado para tu hijo ese que eliges ¿Es mejor dejar que la vida pase y que las
cosas ocurran cuando ocurran? Quizás en esta postura realmente lo que estamos
es deseando que no sepan, que no se enteren. Esas manchas que hacen tanta
sombra en nuestros recuerdos ¿hay que contarlo o hay que dejar que la vida nos
lleve a ellos y a nosotros por donde quiera y confiar en que sean benevolentes
en su juicio, en su sentencia, el día
que nos toque? Tendrían que entendernos sabiendo quienes éramos en aquel
momento tan negro, qué posibilidades teníamos, de qué éramos capaces y qué
cosas estaban fuera de nuestro alcance.
Difícil, muy difícil. Ni saben quiénes somos ni cómo fuimos, no lo
sabemos ni nosotros. Si, veo una gran valentía en esta exhibición de Sergio del
Molino ante ese hijo de pocos años, 7 creo recordar. Sergio ha querido elegir
el momento y la forma y ésta es
realmente hermosa.
No sé si era sobre esto de lo que quería escribir el autor, pero un libro es como un hijo: una vez que
sale al mundo ya no es totalmente tuyo y tendrá tantas vidas como lectores.
También busqué críticas del libro y me he encontrado con el comentario de Rubén Amón (periodista excelente y mucho más) y después de leerle evidentemente ya no hay más que yo pueda decir. Os dejo el enlace aquí, es un comentario completo, apasionado y lleno de referencias que en sí mismo ya es un placer
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