martes, 11 de agosto de 2020

LA PIEL

 




TITULO:  La piel

AUTOR:  Sergio del  Molino (1979)

EDICION:   Alfaguara. Narrativa Hispánica.

 

Supe de Sergio del Molino escuchando  “Onda Cero”  porque él es colaborador. Cuando en uno de los programas hablaron de la presentación de su libro la curiosidad me llevó a buscar qué había escrito  y así he sabido  de la existencia de este escritor, gran escritor.

“La piel” no es una novela, aunque en parte si tiene algo de novela. Tampoco es sólo un tratado sobre la piel y cómo su aspecto o calidad puede afectar a una vida, aunque algo hay de esto. No es exactamente una autobiografía aunque Sergio del Molino exponga aquí su psoriasis y junto a ella parte de sus entrañas. Es más que unos apuntes de historia sobre algunos personajes que también  vivieron con su psoriasis. Aquí hay mucho más que piel, hay amor. Amor por las historias bien contadas, por las palabras elegidas, seleccionadas con sumo cuidado para transmitir exactamente eso que él desea y además de una manera hermosa y precisa.  Y también me ha llegado amor a los demás, no sé decirlo de otra manera. Es más que cariño, es Amor. Y especialmente a ese hijo al que se dirige, a ese hijo que a momentos somos nosotros mientras él le/nos explica el dolor de sentirse  distinto, de que te vean como distinto. Y la culpa, esa sensación de culpa por ser diferente, como si uno tuviera en su mano cuando se muestra ante los demás el poder elegir su aspecto, su salud, su color o su olor corporal; como si pudiéramos controlar todo, qué mentira. Y hay valentía, valentía para mostrarse y que le veamos. Se nos enseña y así se enseña a su hijo, se le muestra a él  y nos dice “mirad, que esto es lo que hay”.  Hay humildad.

Ha sido esa voluntad de mostrarse al hijo la que me ha conmovido, la que me ha hecho pensar. Como hija no sé en qué momento mi padre dejo de ser “mi padre” y pasó a ser un hombre (que era mi padre, pero era “un hombre” entre otros). Tengo una escena grabada de mis ocho años más o menos en la que me recuerdo juzgando lo que decía, sintiendo esa censura interna hacia él que luego tantas veces volvería. Y luego pasaron los años y de nuevo dejó de ser un hombre de entre muchos  para ser “mi padre” en mi recuerdo.  Pero   me ha movido más desde la posición de  madre  ¿Cuándo nuestros hijos  dejan de vernos medio metro sobre ellos y pasamos a estar a ras de suelo o incluso más abajo? ¿es mejor elegir el momento, mostrarte tú mismo tal cual eres, o crees, a tu elección?. Quizás no sea el momento más adecuado para tu hijo ese que eliges  ¿Es mejor dejar que la vida pase y que las cosas ocurran cuando ocurran? Quizás en esta postura realmente lo que estamos es deseando que no sepan, que no se enteren. Esas manchas que hacen tanta sombra en nuestros recuerdos ¿hay que contarlo o hay que dejar que la vida nos lleve a ellos y a nosotros por donde quiera y confiar en que sean benevolentes en su juicio, en su sentencia,  el día que nos toque? Tendrían que entendernos sabiendo quienes éramos en aquel momento tan negro, qué posibilidades teníamos, de qué éramos capaces y qué cosas estaban fuera de nuestro alcance.  Difícil, muy difícil. Ni saben quiénes somos ni cómo fuimos, no lo sabemos ni nosotros. Si, veo una gran valentía en esta exhibición de Sergio del Molino ante ese hijo de pocos años, 7 creo recordar. Sergio ha querido elegir el momento y la forma  y ésta es realmente hermosa.

No sé si era sobre esto  de lo que quería escribir el autor,  pero un libro es como un hijo: una vez que sale al mundo ya no es totalmente tuyo y tendrá tantas vidas como lectores.

 También busqué  críticas del libro y me he encontrado con el comentario de Rubén Amón (periodista excelente y mucho más) y después de leerle evidentemente ya no hay más que yo pueda decir. Os dejo el enlace aquí, es un comentario completo, apasionado y lleno de referencias que en sí mismo ya es un placer

https://www.elconfidencial.com/cultura/2020-05-15/sergio-del-molino-la-piel-novela-alfaguara_2594896/


viernes, 29 de mayo de 2020

CREMATORIO
























TITULO:     Crematorio

AUTOR:      Rafael Chirbes (1949-2015)

EDICION:   50Anagrama

Leí en agosto de  2016 “Paris-Austerlitz” después de una lectura fallida de “En la orilla”. Como ya comenté entonces, “En la orilla” me hizo sentir tal desesperanza que no pude avanzar en la lectura y después de varios intentos, abandoné. Ahora, llevada por la pasión que me llegó desde “Paris-Austerlitz”, por esa manera tan cruda y visceral de hacerte llegar emociones tan primarias y a la vez tan elaboradas acometí la empresa de leer “Crematorio”.

No esperaba que fuera sencillo. El torrente de palabras, pensamientos, conceptos y emociones en canal que había visto antes en Chirbes lo esperaba aquí también. Además, al ojear las más de 400 páginas en las que solo hay separación de texto en el inicio y final de capítulo, siendo cada uno de ellos un gran párrafo, ya me dio una idea de lo que venía.

Para ser exactos, no hay capítulos. Son realmente, cada uno de ellos, el dibujo de finas líneas negras sobre papel blanco que perfilan al personaje, cada uno protagonista de su párrafo. Finas líneas negras que a veces evolucionan en espirales de pensamientos casi obsesivos o que se alargan elegantes, como en un vuelo  y dibujan a su vez a otras personas en las que piensan o de las que recuerdan.

Este libro es como un puzzle formado por cada uno de los que hablan y todos juntos, unidos por lazos  familiares y de relación que les atan, componen una imagen gris, densa, triste y sin lugar para la esperanza. La verdad es que este libro me deja un sabor amargo, como si no hubiera cosas buenas o sinceras en esta vida y ni siquiera pudiera haberlas.  Todo el mundo es denso, turbio, solo con destellos momentáneos que a veces parecen cargados de ironía, como si el autor estuviera burlándose de ellos. Quizás haya algo de superioridad moral por su parte. A veces parece como que sienta algo de simpatía o comprensión, pero creo que es solo un amago. No, no les quiere.

El personaje central, aunque otros casi lo son en similar medida, es Rubén Bertomeu, empresario  de la construcción en la Comunidad Valenciana. Ya sólo con este dato ya muchos se han “situado” ¿verdad? Pues si,  eso es: un rico empresario que por supuesto lo es gracias a la corrupción y tráfico de cosas varias.  Se hizo poco a poco con más y más dinero aprovechando el ambiente general de toda una época y ahora ya se mueve en un ambiente “respetable”. Y alrededor de  él y del hecho de que ha fallecido su hermano (de ahí lo de “Crematorio”) van cayendo  los grabados al suelo según Chirbes va dibujando y rematando.  Tiene especial peso las relaciones emocionales con este hermano, la madre y la hija, Silvia.  Y después hay varios personajes  digamos de vida “más oscura”, en los que el empresario parece que tuvo las bases iniciales de parte de su fortuna y estatus.

Si, me gusta y admiro la escritura de Chirbes, pero si me encuentro con otra obra suya  echaré antes una mirada al tema. Este  no me ha gustado especialmente. Y una nota para el recuerdo: lo he leído durante el estado de alarma de la Covid-19

Os dejo aquí el enlace  a la web de la Fundación Rafael Chirbes. Explica breve y estupendamente la obra y el perfil personal del autor.

domingo, 5 de abril de 2020

NADA

























TITULO:  Nada

AUTOR:  Carmen Laforet (Barcelona, 1921. Majadahonda 2004)

EDICION:   Ediciones Destino



Empecé este libro en febrero de 2020, cuando la vida era “normal” y todo lo que teníamos nos parecía “normal” y no contábamos con la posibilidad de perderlo. Lo he terminado el 23 de Marzo, cuando ya llevábamos 10 días de confinamiento y nos empezaba a calar la idea de que quizás estuviéramos en el camino de perder mucho, aún no sabíamos cuánto. Esto pasará: el confinamiento, la pandemia… pero nunca lo olvidaremos. Quiero situar este libro en este momento,  recordar que lo leí en Marzo de 2020.

Antes de empezar la lectura quise saber algo de la escritora  porque solo sabía que recibió el Premio Nadal  en 1944 por esta novela, que la escribió con 22 o 23 años y que si había escrito más cosas, yo ni las había oído. Encontré varios artículos sobre su vida y su obra y después de acabar la novela  los he buscado de nuevo. Hay dos aspectos que si he relacionado con la historia, con lo leído. El primero, el hecho de que su círculo más íntimo se vio reflejado en la novela y no se lo perdonaron. Yo no sé si ella lo hizo conscientemente, si se dijo “voy a escribir lo que ha  sido para mí una parte de mi vida”, pero  lo que está claro es que hubo personas que se vieron allí descritas y que eso no  les gustó. Es posible que ella volcara detalles de su más profundo ser que nadie identificara, es posible que lo que más era de ella, precisamente en eso, nadie se fijara. Me pregunto hasta qué punto cuando un escritor se pone a escribir se plantea qué van a saber los demás de él, de su interior, sin que ni él mismo se de cuenta.   El otro aspecto  es que  fuera tan joven cuando escribió todo esto, esta maravilla. Solo tenía 23 años y era su primera novela.

La novela empieza con una joven Andrea de 18 años que recién acabada la Guerra Civil  se traslada a Barcelona para estudiar en la Universidad y se tiene que alojar en la casa donde viven los familiares de su madre. Una Barcelona de posguerra, una casa familiar llena de miseria moral, desequilibrio emocional y  pobreza con aún vestigios de lo que fue. Una joven, casi niña, llena de ilusión, de inteligencia y de valor. Después aparece la vida universitaria, con la bohemia, las ansias de libertad intelectual, las amistades de otra clase social.  Y son  para mí estos tres mundos los que constantemente chocan y  de forma fluida se mezclan,  colisionan  o estallan. Un mundo es Andrea y su capacidad de observación, de asombro, de análisis y de pasión. Otro los familiares  y toda la casa en sí, que tiene su aire  propio y olor. Y después, el mundo exterior, lo que le llega de él: las amistades de la Universidad, su amiga Ena y  el  mundo que ella representa.

Cuando empecé a leer  decidí ir anotando aquellos párrafos que más me llamaban la atención,  pero tuve que desistir de hacerlo porque cada vez eran más y  me cortaba el hilo de la lectura.  Pero dejo aquí uno de ellos que especialmente me ha gustado, describe a un grupo de mujeres maduras que van de visita a la casa, a ver a la tia Angustias:
“ La verdad es que eran como pájaros envejecidos y oscuros, con las pechugas palpitantes de haber volado mucho en un trozo de cielo tan pequeño”.


Sé que volveré a este libro en más de una ocasión, su lectura me ha llenado y transportado no sólo a una época y sociedad que no he conocido, sino a todo el mundo interior de la protagonista, lleno de matices, de ironía, inocencia, asombro, dolor y mucho amor. Es una novela imprescindible ya  para mi.

En este caso recomiendo en concreto esta edición. El tamaño del ejemplar, la textura de las hojas y tipo y tamaño de letra hacen la lectura muy agradable. Además, según indica la editorial, han intentado reproducir las principales características  de la primera impresión (Destino, Barcelona, mayo de 1945).

Os dejo aquí las dos webs que más me han gustado en cuanto a información. Hay mucho publicado, pero en estas creo que está lo principal.




miércoles, 12 de febrero de 2020

LA CARA NORTE DEL CORAZÓN






















TITULO:  La cara norte del corazón

AUTOR:  Dolores Redondo (Donostia-San Sebastián, 1969)

EDICIÓN:   Ediciones Destino



Tengo que empezar dándole las gracias a Dolores Redondo. Compré su libro como el que se agarra a la barandilla justo antes de caerse y no me ha fallado. Hay momentos en los que la evasión que puede darme un libro no se parece a ninguna otra. Fue este verano y lo leí con tanta urgencia que he tenido que darle ahora una segunda lectura porque creo que la merece. 

Durante sus casi 700 páginas me tuvo  pendiente de lo que la autora  me quería contar,  lo que a ella le iba interesando dejarme saber. Incluso consiguió que esperase con ganas ese rato del día en el que podía  leer, maravillosa adicción que había perdido.

Si leíste con placer la  “Trilogía del Baztán”  y luego  buscaste más en  “Todo esto te daré”   y pensaste “está bien, muy bien, pero no llega a la Trilogía”, este de ahora te va a encantar.

Aquí tenemos de nuevo a Amaia Salazar pero más joven,  unos años antes. Aún  no es la inspectora de la sección de homicidios, aquí es todavía subinspectora de la Policía Foral y está en EEUU en un curso de intercambio para policías de Europol en la Academia del FBI.  Agosto de 2005.

Dolores Redondo sale de sus conocidos paisajes y leyendas del valle del Baztán, ni siquiera se queda en ese norte de Galicia más cercano  y familiar. Traslada a Amaia   a EEUU y en concreto a Nueva Orleans en los días anteriores al huracán Katrina.  La población ya está siendo evacuada y la ciudad se va transformando dolorosamente.  La acción se desarrolla al tiempo que Katrina avanza y destruye. El grupo de investigación, al que se integra Amaia,  comienza planteándose si realmente hay un asesino en serie, pero los acontecimientos se van sucediendo y se ven arrastrados en una carrera por detenerle al mismo tiempo que el rastro de destrucción y zonas inundadas va por delante de ellos. Y el asesino.

Se alternan capítulos en los  que vamos a atrás, junto a una Amaia niña zarandeada por esa extraña madre en la que el mal  y lo dañino quizás no enteramente de este mundo se mezclan   Muchas cosas que en la Trilogía solo se apuntan ahora van desarrollándose y mostrando. Así podrás saber qué le ocurrió a Amaia en sus primeros años, qué pasó en su familia.  También aparece ahora en su vida Aloisius Dupree, que tan misterioso me pareció en la Trilogia.

Me  intento imaginar cómo Dolores Redondo se ha documentado para esta novela. Detalles del desastre de Katrina, forma de trabajar de la policía en una situación así, el FBI, costumbres antiguas de Nueva Orleans, el vudú  y sus rituales….tantos detalles para que podamos leer esta historia de una forma fluida y natural, sintiendo que todo encaja. Me maravilla.

Otro libro más en mi librería para guardar, prestar a alguien que lo aprecie, volver a leerlo…